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viernes, 9 de julio de 2010

miércoles, 2 de junio de 2010

Amigos de juventud.


Cuando somos jóvenes creemos ciegamente en la palabra amistad. Nuestros amigos, nuestro grupo es nuestra familia, con ellos nos solidarizamos y compartimos nuestras penas y alegrías; ellos conocen más que nadie de nuestras vidas, nuestros secretos son sus secretos y se dejarían matar antes de revelarlos.
Pero el tiempo pasa, y nuestros caminos se van separando, nos alejamos y nuestros entrañables amigos, ya ni se acuerdan de mandarnos una tarjeta de Navidad, o una felicitación por nuestro cumpleaños.
Si te has casado y tus amigas aún siguen solteras, te conviertes en una especie de "peste" para sus madres, que ya no quieren que tu compartas tus problemas con sus hijas casaderas, y cuando llamas por teléfono te saludan muy cariñosamente y te dicen que tu amiga no está aunque tal vez esté oyendo la conversación y llega el momento en el que te cansas de ser rechazada, te das cuenta de que no quieren que los sigas llamando, y aunque te duele, callas y hasta llegas a llorar por las cosas de la vida.
Hay quien te invita a su boda, otros ni tan siquiera te dicen que se piensan casar; por otros sabes un día que han tenido hijos, y ese día te alegras como si fueran tuyos propios, pero nunca más sabes de ellos; te han dicho que viven lejos como para que no los encuentres nunca.
Te conformas y piensas que están bien, viviendo lo que tu nunca tuviste y te alegras por ellos porque son y han sido como tus hermanos.
No has vuelto a saber de ellos, pues no has vuelto a llamar ni a ir de visita a sus antiguos hogares, para que poner a sus familias en el trance de la negación y la fría acogida para que te marches pronto. Y te das cuenta que no han sido solamente sus padres sino ellos mismos los que no han querido verte más, que cuando se quiere algo se puede.
Poco a poco, tus amigos, tus hermanos se van convirtiendo en una imagen de una foto vieja, amarilla por el tiempo.
Somos un sencillo recuerdo de una caras jóvenes y sonrientes, de cuando aún lo esperábamos todo de la vida.
Y te das cuenta, con lágrimas en los ojos y dolor en el alma que nunca más volveremos a ser los mismos, y que nuestra amistad se va convirtiendo en algo místico.
No se por que he vivido siempre en el pasado, viviendo en el mundo de los recuerdos, en el mundo de las sombras

domingo, 16 de mayo de 2010

Soledad y solitud


Que dificil es estar rodeado de personas y sentirse solo.
No estás solo pero sabes que nadie se identifica contigo, con lo que sientes, con lo que sufres, y a la vez tu no te identificas con ellos.
No te interesa nada de lo que se habla, lo que hacen y te sientes sola en un mundo lleno de personas.
Hay veces que la situación es diferente, hay veces que estás solo en un lugar donde no ves a un ser humano a tu alrededor, no tienes nadie con quien hablar, nadie con quien compartir un momento de alegría o de tristeza y es cuando desearías estar entre la gente, caminar entre la multitud, saber que no estás solo en el mundo, que puedes hablar con alguien, compartir tus inquietudes y sentimientos con una persona que también desea escucharte.
Pero un día comprendes, que aquellos que te rodean no quieren escucharte, no desean compartir contigo nada de aquello que te da alegría, y vuelves a caer en el mismo estado, la soledad se convierte en solitud y la solitud de convierte en soledad.

jueves, 29 de abril de 2010

A cambio de que?.


A cambio de que?.

Son muchas las historias de secuestros alienígenas, unas pueden que sean falsas pero otras son muy reales.
Son muchas las historias contadas, y casi todas coinciden, hablan de extracciones de espermatozoides e inseminaciones en las mujeres y después extraídos, entonces las víctimas son devueltas a su lugar de origen.
Y me pregunto por qué, cuando las autoridades son avisadas, dan las respuestas más increíbles,siempre tratando de restar importancia a lo que estas personas cuentan, pero lo que siempre hacen es decomisar las pruebas que los denunciantes tienen en su poder sin devolverlas jamás.
Por qué las autoridades ni tan siquiera investigan lo sucedido?; tal parece que previamente han sido avisadas de lo que ha de suceder, y ya tienen aoprendidas las respuestas que van a dar haciendo quedar a los denunciantes o víctimas como personas obsesionadas con el tema extraterrestre o simplemente como estúpidos sin contar que entre los denunciantes los hay de todas las categorías sociales y con variados estatus dentro de la sociedad.
Será posible qure aquellos en los que se supone debemos confiar nos estén entregando a los seres llamados "grises" como material de laboratorio a cambio de una supuesta colaboración en valiosos experimentos para desarrollar ciertas industrias en nuestro planeta?
Será eso lo que dicen las profecías acerca de los años que nos esperan de esclavitud para que después vengan los tiempos de paz, o será que ya estamos dentro de esos tiempos de esclavitud y necesitamos que Jesús venga de nuevo a liberarnos.
No tengo por que dudar de las historias de extraterrestres y de abducciones mientras vengan de personas que no lo hacen con vistas a enriquecerse con estas historias, que ganan con eso?, lo único que pueden ganar es que los que lo rodean o escuchen sus historias los crean locos.
Me pregunto por qué si no existen los contactos, si no existen las apariciones de naves extraterrestres de todo tipo por qué la prensa después que se atreve a publicar estas noticias y mostrar esos videos son silenciados definitivamente, nunca más se vuelve a hablar de lo mismo nunca más.
Recuerdo que durante los primeros años de haber llegado a Estados Unidos, dieron una noticia que para mi fué escalofriante y se trataba de el caso de una mujer que fue dejada anónimamente en un hospital en estado grave; la mujer fue llevada a la mesa de operaciones y cuando comenzaban a picarla, salió de adentro de ella un olor muy fuerte a amoníaco, tan fuerte era ese olor que los médicos estaban estupefactos porque nunca antes un ser humano había despedido de sí semejante olor. Después de esta noticia, de la que todos esperaban un desenlace o una respuesta, no se habló más; por qué? vaya usted a saber.
Sería esta mujer una especie de híbrido entre un ET y un ser humano?. Que Dios nos proteja!
Cientos y cientos de casos, apariciones, secuestros, huellas; pero aún no creemos, que hará falta para que creamos que tal vez un gran peligro nos acecha?.
Estos seres no son seres de luz, no son seres enviados por Dios o sus huestes celestiales; estos ET son seres reales, seres físicos como nosotros pero a veces con otras imágenes, muy alejadas de la nuestra.
Los que estudian estos fenómenos las tienen ya catalogadas y las más conocidas por la cantidad de veces que se les ha visto
son más de 100.
Y nosotros sin creer, como si nada pasara, como si nada se estuviera entretejiendo para nuestro mal o nuestro bien.

La Mariposa, flor nacional de Cuba.


La Mariposa: Flor Nacional de Cuba.

La Mariposa (Hedychium Coronarium Koenig) toma su nombre de su parecido con esos bellos insectos. Es la flor nacional de mi isla, olorosa y blanca y es producida por una planta que puede alcanzar hasta metro y medio de altura, con unas hojas verdes y grandes.
Crece en lugares húmedos como en las orillas de ríos y lagunas, y se cultivaba en los jardines de muchas casas cubanas. Igual que en la bandera nacional, su blancura representa la pureza de los ideales de independencia y la paz.
Además se asocia a la gracia y hermosura de la mujer cubana.
La flor nacional de Cuba, es también conocida como "caña de ambar".
No es endémica de Cuba, sino de Asia, pero en las fértiles márgenes de ríos y arroyos y en los lugares húmedos, se ha favorecido por el agradable clima y se ha adaptado maravillosamente al suelo cubano.
Fue en 1936 que los botánicos del Jardín de la Paz en Argentina, pidieron a sus homólogos cubanos que determinaran cual podría ser la flor nacional. El 13 de octubre de ese mismo año , fue elegida la mariposa, debido a que su blancura representa la pureza de los ideales independentistas de nuestros mambises, es símbolo de la paz, es un elemento presente en las franjas de nuestra bandera, así como la forma de sus flores unidas al tallo central también son simbólicas de la unión de los cubanos.
Según la tradición oral, durante las guerras de independencia, en estas flores prendidas en velos y mantones, se escondían mensajes para el Ejército Libertador.

sábado, 24 de abril de 2010

Un pequeño tributo a García Lorca.


Desde mis tiempos de estudiante, uno de los poetas que más impacto dejó en mi fue García Lorca, tanto que veces y sin pensarlo vienen a mi mente fragmento de sus poemas.

" Verde que te quiero verde"

Su Romancero Gitano me fascinaba, no había quien describiera mejor y con tanta fuerza el amor, y el dolor de un pueblo como el gitano.

" Antonio Torres Heredia,
hijo y nieto de Camborios,
si te llamaras Camborio
hubieras hecho una fuente
de sangre con cinco chorros.

Ni tu eres hijo de nadie
ni legítimo Camborio.
Se acabaron los gitanos
que iban por el monte solos!".

Nadie más que Federico para describir escenas como esas.

" La luna vino a la fragua
con su corazón de nardos,
el niño la mira, mira,
el niño la está mirando".

Y que decir de su teatro, su Yerma, su Doña Rosita la soltera, su Bernarda Alba.

Ya no estás Federico pero tu poesía, tus gitanos, tus claustros, tus mujeres vestidas de negro o tus mujeres llenas de picaresca alegría, tus gitanos, tan reales como tu vida
las risas, las amarguras, los deseos y las ansias escondidas de mujeres como en claustro.
Te arrancaron la vida, las balas cegaron tu existencia pero no pudieron contigo; tu poesía, tus gitanos son eternos, tus personajes, tu Rosita, tu Yerma, Bernarda y sus hijas, todos son inmortales.

" Verde que te quiero verde,
verde viento, verdes ramas
El barco sobre la mar y
el caballo en la montaña".

Para ti abuela, flores rojas por tu amor y blancas por tu pureza.



Hoy voy a hablar de mi abuela paterna, ,se llamaba Juana Montero González, y murió hace ya muchos años, tendría yo alrededor de 17. Y para verguenza mía, se me olvidó la fecha; pero bueno, creo que lo importante, más que la fecha de su nacimiento o muerte son los recuerdos que dejó en mi corazón.
La recuerdo como una mujer imponente, alta y rubia, algo corpulenta y puede decirse que bonita.
Había nacido en un pequeño pueblo de pescadores al sur de la provincia de la Habana, Surgidero de Batabanó; de allí salían también los ferries para la Isla de Pinos, hoy día rebautizada como Isla de la Juventud.
Mi abuela fue una más entre varios hermanos, uno de ellos se dedicaba a jugar baseball y llegó a salir a jugar en México, se llamaba Juan, y no estoy segura pero parece que su padre se llamaba de ese modo, al bautizar a dos hijos con ese nombre.
No se como ni cuando se fue ella para La Habana, si fue antes o después de casarse con Pedro Soler, lo único que conozco del señor es que murió muy jóven, de un disparo de rifle, era sereno o algo parecido en los muelles de La Habana y dicen que limpiando un rifle se le fué el disparo.
Mi abuela tuvo con el una hija, a la que llamó Cira, no se si tuvo más nombres, solo recuerdo que esa tía mía recibía de por vida una pequeña pensión de antiguos obreros ferroviarios, ignoro si Pedro tenía dos trabajos.
Poco tiempo después, mi abuela comenzó una nueva relación, esta vez con una señor que se nombraba Mamerto, pero tampoco se el apellido, mi abuela materna alguna vez me lo dijo pero también lo olvidé; éste era un vasco que era dueño de una mueblería en La Habana, y con el tuvo su segundo hijo, mi padre, al cual bautizó con ese nombre, Horror!. Mamerto. El vasco en cuestión nunca quiso reconocerlo como su hijo porque estaba casado, cosa que mi abuela ignoraba.
Y decidió, como viuda que era inscribirlo con el apellido de su difunto marido.
Ella tuvo que trabajar muy duro para poder criar ella sola a sus dos hijos, claro que mi padre comenzó a ayudarla a partir de los 9 años, la edad en la que los niños se dedican a ir a la escuela y a jugar, el pobrecito tuvo que comenzar a trabajar de "botones" en el bar Arrechabala situado en la Plaza de la Catedral habanera.
No le conocí nunca más otro hombre en su vida.
Mi abuela Juana, como le decía yo siempre, para diferenciarla de la otra abuela, Amparo,
me tenía mucho amor, siempre se dedicó a comprarme mis boticas blancas mientras era muy chiquita, eran tiempos duros pero ella se preocupaba por eso, y todos los años pagaba mis fotografías por mis cumpleaños, postales y ampliaciones a color, que a veces se hacían pintando las foto en blanco y negro.
La recuerdo siempre yendo a mi casa al menos un par de veces a la semana, y comía con nosotras. Era como un sol que nos iluminaba!.
Nunca aceptó a otra mujer que no fuera mi madre como su nuera después que mis padres se divorciaran, o sea, de una lealtad ejemplar para con mi mamá y sus nietas.
No se me olvida que en los primeros días del triunfo de Castro en enero de 1959, cuando hicieron una huelga general y el transporte estaba paralizado, mi abuela Juana, vino a vernos porque no sabía nada de nosotras ni de mi padre, y lo hizo caminando yo no se cuantas decenas de cuadras, yo no se cuantas, quizás más de cien calles de La Habana.
Cuanto amor había en ella!.
En 1965, abuela enfermó de cáncer, no se si lo tenía en el estómago o en el colon aunque ya ella venía hace tiempo sintiéndose mal, cayéndole mal algunas comidas y sin darle mucha importancia a eso, seguía trabajando.
Pero el día llegó en que ya no pudo continuar adelante y supe por mi padre que ella tenía cáncer. La fuí a ver a la clínica donde estaba ingresada, e iba diariamente cuando venía de la escuela para estar con ella hasta la hora de la visita, cuando llegaban los demás a verla.
Una vez me dijo abuela, tengo mucho frío, y no me han traído un abrigo; le dije espera un momento y salí afuera, llamé a mi papá y le dije "necesito que me traigas dinero para ir a comprarle un abrigo a mi abuela que tiene frío", el enseguida vino y me lo dió. Después llegó alguien de la familia y la dejé con alguien cuidándola mientras yo iba a la tienda a buscarlo (todavía existía algo en la tiendas), y le traje muy contenta un sweater blanco con cuadritos verdes, que era lo único que había encontrado y se lo puse , ella me miró solamente, pero se que desde el fondo de su alma me lo agradeció.
Murió una tarde de invierno, me llamaron como a las ocho de la noche y mi hermana y yo salimos disparadas para la clínica, solas porque mi mami había salido.
La velamos en la funeraria Caballero, que estaba en plena Rampa. No se por que yo tenía miedo de ir al baño en aquel lugar, tal parecía que alguien me estaba mirando.
Estuve allí hasta el otro día, cuando se la llevaron hacia el cementerio.
Ese día perdí a mi abuela Juana, la enterraron con su abriguito blanco y verde.
Allí también enterraron años después a mi padre, pero esa es otra historia, hasta ahora, la historia más triste de mi vida, mi padre!
Hacía tiempo que debí haber escrito sobre mi abuela Juana, se lo debía, ya debe estar contenta por este recordatorio dondequiera que ella esté, aquí o allá.
Ya era tiempo que te diera las gracias por tanto amor y por tanta devoción hacia mi, mi hermana y mi madre, pero principalmente por todo el amor que recibí de ti.
Gracias!

Carita de niño triste!.





Carita de niño triste!.
Carita de niño que en sus pocos años no tiene a quien decirle papá.
Carita de niño triste, al que le han puesto un apellido ajeno, que no le pertenece, para acallar el que dirán.
Nacido de un romance entre una español enamorado de una bella jovencita cubana, que en su atolondrada cabecita perdió al que pudo haber sido el amor de su vida por alguien que no valía la pena.
Carita de niño triste, que ve como su nuevo hermano tiene un papá, un papá músico y reguetonero mientras el sigue esperando al suyo.
Tal vez, quien puede saber lo que pasa por esa cabecita con carita de niño triste, pero tal vez el quisiera que alguien, un papá viniera a jugar con el, como lo hacen todos los papás del mundo.
Que bonito fuera que Ivancito, que así se llama el niño de la carita triste pudiera gritar al viento: "éste es mi papito".
Hay veces que mos adultos hacen dedichados a sus pequeñitos, los tráen al mundo y los utilizan para conseguir sabe Dios que cosas.
Este Ivancito, que pudo haberse llamado Albertico como su papi lejano, este muchachito triste, simpático y cariñoso que cuando quiere algo de ti, te dice "Que linda tu eres, tu eres líndisima".
Y esta foto se la dedico al papá de Ivancito, no al del apellido sino al verdadero, al que lo procreó, tal vez en una noche de aventura en esa isla tropical, en medio del mar caribe que se llama Cuba.
Y yo le diría a ese papá que ignora que su romance dejó huellas profundas:
Alberto éste es tu hijo, míralo bien!
Ya hasta se te parece un poco.
Y si un día regresas, ve y conócelo, hazle las pruebas que consideres pero no olvides nunca que el te necesita, necesita de alguien a quien llamarle "papito".
Que aunque estés lejos , el va a soñar contigo.
Tu sabes donde encontrarlo, recuerda que en aquellos momentos a ti te negaron su paternidad por locuras de una muchacha atolondrada. Ya sabes?.

jueves, 22 de abril de 2010

Vamos a orar por todos los que padecen.



Hoy quiero escribir acerca de aquellos que sufren día a día por una enfermedad.
Dolores que solo podemos combatir con los medicamentos cada vez más fuertes porque con el tiempo no hacen más que crearnos adicciones y dejan de quitarnos esos dolores que padecemos.
Me imagino cuantas personas habrán por el mundo que al igual que yo venimos padeciendo, soportando los terribles dolores y los malestares que esto acarrea, pero también pienso que hay otros más enfermos que otros, que tienen padecimientos más terribles y ya han perdido toda esperanza.
Una vez, para consolarme, me dije, "si me duele es porque estoy viva"; si se quiere era un consuelo bastante pobre, pero le di las gracias a Dios porque estaba viva, y porque mis dolores a pesar de ser muy fuertes, por si mismos no me llevarían a la muerte, como los de aquellos que padecen enfermedades como el cáncer.
Que terrible debe ser que después de sufrir tanto no tenemos cura con medicamento alguno y al final, de todos modos moriremos antes de poder cumplir con todo lo que queremos.
Me he preguntado el por qué venimos al mundo con estas condiciones que tal parecen pre establecidas por la Divinidad;
Me pregunto que podremos haber hecho en nuestras vidas pasadas para tener que soportar hoy este calvario de sufrimientos.
Imagino y me espanto de esos pobres seres que viven en la más absoluta miseria y no tienen medios para poder ir a un médico que al menos le suministre un droga para poder soporta sus dolores, y pienso, que por mucho que nos quejemos, incluso hay quien maldice por sus sufrimientos, y creo que debemos dar gracias a Dios porque nos dió también los medios para aliviarnos un poco; cosa esta que tal vez millones de persona no poseen.
Se que a cada uno le duele lo suyo, pero también hay que saber reconocer que hay otros que sufren más que nosotros, y cada vez que oremos por nuestra salud a nuestro Padre, oremos también por aquellos que sufren y no conocemos.
Se que a este blog entran muchos que no escriben nada, solo leen y se van, quizás no les guste lo que escribo, pero no importa, al menos leen, y quizás tu o algún familiar padece de esos sufrimientos, por favor, cuando ores, reza por todos nosostros aunque no nos conozcas. O háblanos acerca de lo que sufres tu misma (o).

miércoles, 21 de abril de 2010




No he tenido la suerte e conocer a todos mis antepasados, solmente cuando alguno de mis abuelos quería hacer una historia nos contaba y solamente así nos enterabamos de sus vidas, sus nombres pero solamente eso, nada más.
Esta anécdota es de la bisabuela de mi abuelo, la señora se llamaba Coleta, no se ni sus apellidos pero bueno ahí va el cuento.
Esta señora vivía en el campo, en los alrededores de un pueblo en Cuba que se llama Artemisa, ella se dedicaba a sus labores caseras pero algunas veces hacía trabajos de partera, cuidaba enfermos graves; en fin, trabajos de esa índole, los cuales les eran retribuídos en monedas españolas pues eran tiempos en los que España todavía mandaba en Cuba.
Coleta, tenía la costumbre de reunir sus moneditas y por las tardes tomaba el camino que pasaba cerca de la finquita donde vivían sin que ninguno de sus hijos, ni tan siquiera su esposo supiera donde guardaba el dinero.
Un día Coleta murió y días después los hijos comenzaron a buscar en los alrededores del camino por donde ella siempre iba por las tardes, pero nada, cavaron por aquí y por allá pero nada.
Pasaron los años, llegó el triunfo de la revolución en 1959 y un día comienzan en la zona a enviar maquinarias para allanar los terrenos con vistas a construir una escuela en el campo, y que creen que sucedió?, pues que un buen día, uno de los trabajadores encuentra una pequeña botija y dentro muchas pero muchas moneditas españolas, el fruto del trabajo de muchos años de la abuela Coleta.
Cuenta mi abuelo, que aquellos trabajadores estaban muy contentos con el hallazgo, pero muy rápidamente se pronaron miembros del gobierno y decomisaron el tesoro que un día perteneció a la abuela Coleta, y como dice el refrán "Trabajó para el inglés".

martes, 9 de marzo de 2010

Agustín Lara, una existencia marcada por el amor a la mujer


Agustín Lara, el artista que entre sus 700 u 800 canciones tuvo como eje la mujer, que veneró a su madre, quien siempre lo protegió, fue un desencanto para su padre, Joaquín Lara, el médico militar que hubiese deseado tener un hijo más fuerte y apuesto. Este episodio de su vida propició una obra de teatro: Huérfano de besos.
Puesta en escena por Adalberto Parra, retrata a un padre autoritario: don Joaquín, quien grita: "¡Todo me sale mal desde que nació este maldito chamaco!", al tiempo que reclama a su esposa: "¿Cuándo vas a dejar de vestirlo así? Ya tiene bastante con ser tan feo". La escena presenta a Lara niño, con pantalón corto y de tirantes, corbata de moño mientras su padre, corpulento, se abrocha un saco militar.
Hay una escena en que la agresión al hijo se materializa cuando le dice: "Y tú, mocoso... ¿qué no te ves en el espejo? Contéstame, animal. ¿No me oyes?". El padre lo obliga a ponerse de espaldas y le pega con un sable en las nalgas y el niño se desploma.

La nana lo levanta y la madre, que intenta abrazarlo, es detenida por el padre quien continúa con los reclamos: "¡Anda... apapáchalo tú también, a este escuincle hay que darle duro para que al menos crezca inteligente!".
Esta parte retratada en la obra es quizá poco conocida en las versiones que se han difundido sobre su vida. Una de sus esposas, Angelina Bruschetta asegura que Agustín Lara dominó el francés desde antes de visitar Francia, porque se educó en el Liceo Fournier. Relata que la mamá del pianista, María Aguirre del Pino, fue maestra. El reportero de Contenido, Javier Ramos Malzárraga se refiere a Joaquín M. Lara como un médico próspero, muy apreciado en el círculo de las familias porfirianas elegantes y con una extendida clientela rica. Dice que el matrimonio Lara-Aguirre gustaba lucir a sus tres hijos bien vestidos y educados. Describe el ambiente de ese hogar como afrancesado, a la moda de la época, y sostiene que esa característica persistió en el compositor a lo largo de su vida como una influencia demoledora.
Describe a Agustín a sus 12 años como un niño popis y muy chocante al que insistían para que tocara el piano, que lo hacía con agilidad, pero escasa técnica. Ante la maestra de solfeo Luz Torres Torrija y el maestro Ricardo Castro, autor del vals Capricho, Agustín era un rebelde, además de perezoso que desdeñó la técnica y huyó de sus maestros para descubrir por sí mismo los secretos del piano. "Nací tocando el piano, sabía cómo sacarle melodías y por eso me rebelé a las torturas de un aprendizaje monótono y esclavizante", explicaría Lara años después.
Ramos relata que las fricciones entre padre e hijo se intensificaron. La madre había muerto y no había quién mediara. Don Joaquín intentó domar al muchacho. Agustín se dolería siempre de la inflexibilidad de "mi padre el médico".

Agustín abandonó las aulas de una escuela militarizada. Decidió irse a la bola, con los Dorados de Pancho Villa. El padre, porfirista, rompió definitivamente con él. No soportó la vida de guerrillero. Poco después de haberse enlistado fue despedido y advertido de que ese oficio no era para él.
Se empleó en diversos lugares y fue famoso en casas de mala nota como El Cinco Negro, La Margarita, La Lola y La Francis.

Composición sin piano

Una de sus esposas -Angelina Bruschetta- relata que Mujer vio la luz, una noche de Reyes y que la compuso sin piano.
Estaban recién casados, se había cumplido el mes de alquiler. "No teníamos siquiera papel para escribir, y en una tapa de caja de zapatos empezó a escribir Mujer, pero con un procedimiento muy curioso: con la mano izquierda hacía como que tocaba el piano, con la derecha escribía la letra y con los pies llevaba el ritmo. No sé qué sombra de misterio lo rodeaba y lo hacía atractivo al elemento femenino, tal vez su palabra fácil y acariciante o su mirada triste y angustiada" dijo.
Casado a los 20 años con Esther Rivas Elorriaga, dos años mayor que él, tuvieron un varón que murió horas después nacido. En 1943 -cuando tenía más de 40 años- se unió a Raquel Díaz de León, de 16 años, quien se embarazó de Agustín pero sabiendo que en ese tiempo, enamoraba también a María Félix. Raquel prefirió abortar, hecho que el poeta nunca perdonó.

En su sexto matrimonio, registró al hijo de Yolanda Santacruz Gasca, como Gerardo Agustín Lara Santacruz. Años después, durante su romance con la bailarina Vianey Lárraga, registró con su apellido al hijo de ella.
Cuentan que el Panteón Dolores, ha sido testigo de escenas de llanto y discusiones entre las mujeres que tuvieron amores con el poeta.
La verdad es que no acababa de enamorar a una, cuando ya estaba conquistando a otra. De diversas edades, clases sociales y estado civil. Lara las seducía, para después hacerles escenas de celos o ser víctima de los que en ellas inspiraba.
Relata Pepe, un primo de las hermanas Aguila, que conoció a Agustín Lara porque era copropietario de una flotilla de taxis y salvó al poeta de "un problema delicado". Agustín tenía relaciones amorosas con la esposa de un personaje influyente y éste, después de localizar el edificio donde estaban los tórtolos, sitió el lugar: cortó el agua y la luz e impidió que les llevaran alimentos. ¡Una operación militar para desalojarlos, y seguramente capturarlos! Pepe tuvo la idea de sacar al maestro disfrazado de mujer con las ropas de una sirvienta que se prestó a la maniobra, el plan fructificó y cuando quedó a salvo, el maestro le dijo: "¿Cómo puedo pagarle este favor?". Pidió que conociera a sus primas que deseaban cantar profesionalmente, Esperanza y María Paz.

Casado con María Félix en 1945, le hacía escenas de celos a pesar de que él conquistaba a una bailarina del Teatro Lírico, Clarita Martínez. Cuando La Doña se enteró hizo un envoltorio con los trajes del maestro y se los envió al camerino, no sin antes decirle en una nota que le devolviera las sábanas que había comprado en París. Vivía con Clarita Martínez, cuando inició la conquista con uno de sus grandes y prolongados amores, Yolanda Gasca, su sexta esposa, 40 años más joven que él, con quien vivió nueve años y quien habla de su vida con el artista como una suerte.
"Mi vida con un genio" se títula el capítulo donde YiYi, como él le llamaba, narra su vida con el poeta. "Yo sabía que era mujer, pero él me enseñó lo que significa serlo y mi cuerpo cobró conciencia de sí mismo. Viví a su lado satisfecha y tranquila: lo admiraba, lo quería".

David Rodríguez Verdugillo, asistente personal durante 30 años de Agustín Lara asegura que es a la mujer que más amó. "Por fin tenía un matrimonio. Se le veía muy enamorado. Por fin tenía un hogar, un bebito y una vida tranquila: pasaba horas apacibles en su biblioteca, o en el banquillo de piano, inspirado, satisfecho... En una palabra, feliz".
Sin embargo, ella decidió marcharse, en el relato asegura que una noche se acostó pero no pudo dormir, se pasó la noche llorando "es que hay ocasiones en que no sabes lo que quieres, pero si lo que no quieres. Pensando así, concluyó mi duda. No quería seguir con Agustín".

Los dos últimos años de su vida los pasó solo, con sus recuerdos. Su ayudante platica que no recibió visitas. Las dos últimas Navidades las pasó con ellos "en compañía de mi esposa, mis hijos y mi madre, sin importarle nuestra humilde procedencia. Incontables personas pasaron por su vida, pero ninguna estuvo a su lado como yo, durante 30 años", concluye en su relato.
Según Raymundo Ramos, Agustín Lara decía: " No todas las mujeres reaccionan igual cuando están celosas: Unas lloran, otras esperan y otras atacan. Estrella me atacó". Mala estrella la de aquella noche: con el filo de una navaja o con la corona de vidrio de una botella rota lo dejó marcado para siempre, un mal cirujano acabó de consumar el atentado.

Más datos sobre Agustin Lara:

El 6 de noviembre de 1970 muere el fecundo compositor de populares canciones, entre las que se recuerdan "Granada", "Madrid", "Valencia", "Murcia", "Sevilla", "Mujer", "Farolito", "Por qué ya no me quieres", "Pecadora", "Veracruz", "Noche criolla", "Oración Caribe", "Por qué negar", "María Bonita" y muchas más que hacen una lista verdaderamente interminable.
Ninguno de sus biógrafos pudo confirmar el lugar de nacimiento de Agustín Lara, sin embargo, el propio compositor obtiene en 1945, su acta definitiva de nacimiento en Tlacotalpán, Veracruz, para sentirse plenamente identificado como "el jarocho y trovador de veras"; pero en honor a la verdad en ese lugar transcurre el inicio de su infancia y posteriormente la familia se traslada a la capital de la república mexicana.

Agustín Lara nació el 30 de octubre de 1900, siendo sus padres el doctor Joaquín Lara y señora María Aguirre del Pino. De pequeño inicia sus estudios al lado de su tía, que era directora de un centro educativo en el sector de Coyoacán, en la capital mexicana; aprende a ejecutar un viejo armonio y se aficiona por la música y con mucha facilidad ejecuta melodías populares de esa época, también improvisa y realiza singulares melodías.

Agustín Lara trabajó muy joven como pianista en una "casa de citas" del Distrito Federal y fue en ese lugar donde compuso la canción titulada "Rosa". Su fama se extiende y realiza giras por toda la República acompañando al "Tenor de la voz de seda" Juan Arvizú. En la década de los veinte, Agustín Lara ya tenía compuestas un buen número de canciones y buscaba intérpretes.

En el año de 1929, era muy famosa la cantante Maruca Pérez quien se convierte en intérprete de Agustín Lara, presentándose en teatros y espectáculos donde también cantaban las canciones de Lara, el Trío Garnica Ascencio y Juan Arvizú.
Resulta que el 18 de septiembre de 1930 se había inaugurado la XEW La Voz de América Latina desde México, su fundador don Emilio Azcárraga Vidaurreta, al fundar la empresa que hoy se identifica como TELEVISA, le ofrece al músico y poeta que ejecutara su piano en el programa "La Hora Intima"; compromiso que fue todo un reto para Lara ya que se había comprometido con Don Emilio, a estrenar una canción diariamente, cumpliendo al pie de la letra lo ofrecido.

Le pidió a don Emilio un estudio exclusivo, totalmente privado, piano negro de cola y bien afinado, un mantón de manila de adorno para colocar sobre él, un florero con rosas frescas todos los días y una botella de cognac, confortable para sus visitas.
Durante su visita a Nicaratgua, fue recibido en casa de Lolita Soriano y su esposo el Dr. Julián N. Guerrero; cuenta Lolita que todas las tardes llegaba Agustín a pasar unas horas con ellos, disfrutando de las finas atenciones de los esposos Guerrero Soriano.

La mujer fue siempre su máxima obsesión de Agustín Lara, quien fue un romántico con seis diferentes matrimonios, sin contar las uniones libres y no tomando en cuenta un matrimonio en la adolescencia que aseguran en Tlatlauqui, Puebla, con una noviecita llamada María Rivas, quien se embarazó y fue necesario el matrimonio, pero se dijo que el bebé nació muerto y de inmediato ocurrió la separación.

Matrimonios: Con Carmen "La Chata" Zozaya, María Félix, Clarita Martínez, Yolanda Gasca, Rocío Durán y Vianey Lárraga, con esta última adoptó al jovencito cuyo nombre actual es Agustín Lara Lárraga. Con Yolanda Gasca duró ocho años de matrimonio y ella asegura que nació en ese período su hijo Gerardo Lara Gasca.
Interpretes favoritos: Pedro Vargas, el Tenor Continental de las Américas, Toña La Negra, Elvira Ríos, Rebeca y Carmen Rey; junto a sus favoritos intérpretes actuó en varias películas el inolvidable "Músico y poeta" quien fue bautizado así por el locutor mexicano Pedro de Lille.

El 6 de noviembre de cada año se llevan a efecto varios actos para recordarlo; entre los de mayor importancia son los programados por la Sociedad de Autores y Compositores de Música que a partir de las once de la mañana realizan en la Rotonda de los Hombres Ilustres, en el Cementerio de Dolores, donde reposan los restos del fecundo compositor. El programa a desarrollar es en alto grado emotivo, ya que ahí se reúnen compañeros artistas, compositores, músicos y pueblo en general para recordar con nostalgia al compositor de "Farolito", "Rival" y muchas más.

Agustín Lara, fue uno de los mayores rompecorazones de México en el siglo XX pese a no ser apuesto, llevar dentadura postiza y mostrar una gran cicatriz en su cara, lo que sólo ayudó a acrecentar los misterios de su vida.

Lara, un conquistador nato, cantó a la mujer y al romanticismo, era un poco utilitario con las mujeres, ya que éstas se convertían en una continuidad de él. Eran inteligentes y sensibles, pero a Lara le encantaba ser pigmalión, transformarlas. Las recibía metafóricamente en bruto y él las pulía, las corregía, enseñándoles desde moda a modales.

Era un hombre muy infiel, básicamente infiel, pero cuando estaba ahí, estaba al cien por cien. Cuando tenía su pareja la hacía sentir como la única mujer del mundo, las llenaba de regalos, las amaba, les cantaba al oído, hacía el amor con ellas de una forma apasionada porque era un amante espléndido, pero a la vez podía ser muy evasivo, incluso se casaba sabiendo que ese matrimonio no contaba porque seguía casado con alguna otra mujer.

Una vez muerto Lara, cuando algunas de sus viudas fueron a reclamar la herencia, descubrieron que sus matrimonios eran falsos y que el compositor había contratado actores para hacer de juez o sacerdote. También a la actriz mexicana María Félix, considerada una de las mujeres más bellas de su época, la tuvo sólo como trofeo, ya que acrecentaba su hombría salir con ella.

El escritor de María Bonita llenó su vida de sombras para convertirse en leyenda, cómo el misterio de su nacimiento. La versión oficial que siempre sostuvo Lara, fue que nació el 30 de octubre de 1900, en Tlacotalpan, en el estado de Veracruz, y sin embargo Guadalupe Loaeza y Pável Granados, escritores de Mi novia, la tristeza, una biografía del artista, tras una década de investigación, indicaron que fue en la capital mexicana tres años antes.

Era parte de su encanto, quitarse años, dónde nació realmente, si estaba casado o no y con quién, qué pasó desde su nacimiento hasta 1928, y muchas más. Datos que no se han podido confirmar, como si trabajó en prostíbulos, si fue a un colegio militar, si su padre lo echó de casa, o si luchó con Pancho Villa en la revolución mexicana, por destacar algunos hechos de los que se jactaba.

Lara cada vez relataba una historia diferente sobre cómo se hizo la cicatriz, lo que le dio aún más fama. Según los investigadores, se la hizo una prostituta enamorada de él en un ataque de celos con una navaja de barbero, arrancándole media encía superior con los dientes y la mejilla izquierda. De ahí el gesto torcido característico de Lara, ya que la dentadura postiza que llevaba no se sostenía sola.

La vida de Lara nunca eclipsó su obra, se valía de su leyenda para sostenerla, que es diferente.

La tormentosa relación sentimental entre el compositor Agustín Lara y la actriz María Félix es abordada en Mi Novia la Tristeza.Basado en cartas de amor, textos periodísticos y bibliográficos, el libro reconstruye el romance y los años de vida matrimonial (de 1945 a 1948) de esta pareja que aún sigue siendo emblemática en la cultura popular. El libro publica una anécdota donde dice que Félix le rogó.

Desde la primera cita con el trovador, justo cuando se estrenó la película ‘Doña Bárbara’, María se dio a la tarea de conquistar a Agustín, aunque, ciertamente, sin ninguna objeción por parte de él... a los pocos meses ya se miraba a la actriz salir todas las mañanas vestida de lo más elegante de la casa del compositor en la calle de Galileo 37, en Polanco.

Los periodistas no dejaban de seguirlos: el mejor compositor de México y la actriz más bella del mundo juntos eran la fórmula inmejorable para la fama mutua.

Pero Agustín aún no había terminado su romance con Raquel Díaz de León, una bella joven tapatía de familia conservadora que terminó trabajando en la casa de citas de La Bandida, en la colonia Condesa, donde la conoció el compositor.

Lara llevaba a su casa de Galileo tanto a Raquel como a María. Una noche que estaba con la primera, después de una terrible pelea con la actriz, ésta se presentó y empezó a tocar. Nadie le abría.

La Félix, con todo y sus zapatos de tacón, saltó la reja de la calle y se dirigió a grandes pasos a la recámara de Agustín. Apenas le dio tiempo de salir corriendo al pasillo en bata para detenerla. Mientras Raquel esperaba en la cama. Desde allí, con la puerta entreabierta de la habitación, escuchó y vio a María, de rodillas, suplicándole al compositor: "Por favor, Agustín, no me dejes. Perdóname, voy a obedecer en todo lo que tú me digas". Lara le contestó: "María, no quiero que hagas estas escenas. Levántate del piso, voy a llevarte a tu casa".

viernes, 5 de marzo de 2010




Se Trata

De luces y oscuridades se trata.
De quien soy y quien no soy.
De quien fuí y de quien nunca sabré que era.
Y no sólo de mi, sino de mi en el yo-tú, y de mí en el yo-eso.
De alturas y profundidades, y de ninguna de éstas cosas a la vez.
Se trata de mi alma, y de la tuya, del alma del mundo y del alma de las cosas.
Se trata de sueños, fantasías, imaginaciones y delirios.
Se trata de cosas, objetos, naturaleza, civilización y cultura.
Se trata del cuerpo y sus fluídos.
De daimones y la intervención de la vida y de ustedes.
De cacharros y fantasmas.
De hormigas y duendes.
De ciudades y dioses.
De todo y de nada.
De encontrar y no de buscar, y de estar abierto a ese encuentro.
De ser y no de desarrollarse, y de aceptar que siempre soy.
Y de que ese Ser, se despliegue.
De transformaciones y metamorfosis.
De grandes muertes y resurrecciones.
De dolores y alegrías, y de placeres y sufrimiento.
De alienaciones y separaciones.
De ser quien soy con la multitud que me habita, y entre la multitud con quien habito este planeta.
De sostener siempre un pié en este mundo, y otro, en el otro.
Del amor y del odio.
De la locura y el entusiasmo.
De la pasión y el desencanto.
De idioteces y genialidades.
Y de todo lo que habita en medio.
Del misterio y lo conocido.
Se trata, ni más ni menos, que de la vida misma.

Nora Galliano

LA CANCION DE LOS AMANTES


Donde quiera en las noches se abrirá una ventana
o una puerta cualquiera de una calle lejana.
No importa dónde o cuándo... puede ser dondequiera
ni menos en otoño, ni más en primavera.

Y hoy igual que mañana, mañana igual que ayer
un hombre enloquecido besará una mujer.

Tal vez nadie lo sepa... Como tal vez un día
todos irán sabiendo lo que nadie sabía.

Y para los amantes su amor desesperado
podrá ser un delito... pero nunca un pecado.

Por eso el amor pasa por las calles desiertas
y es como un viento loco que quiere abrir las puertas

Bien saben los amantes que hay caricias que son
no una simple caricia sino una posesión.
Y que un beso... uno solo puede más que el olvido
si se juntan dos bocas en un beso prohibido.

No, un gran amor no es grande por lo mucho que dura
si se parece a un árbol reseco en la llanura.
Y los amantes saben, que sin querer siquiera
hay un amor que crece como una enredadera

Es natural que el agua de un estanque sombrío
sueñe en sus largas noches con el viaje de un río.

Y si por algo es triste la lluvia que no llueve
será porque es la lluvia condenada a ser nieve.

Es natural que un día comprendan los amantes
que no hay nunca sin siempre... que no hay después sin antes.
Y así brota en el alma la rebelión de un sueño
que es como un perro arisco que le gruñe a su dueño.

El amor... esa estrella de una sombra infinita
aunque muera cien veces... cien veces resucita

Y suele ser un niño de manos milagrosas
que rompe las cadenas y hace nacer las rosas.

Ya no habrá días turbios... ya no habrá noches malas
si hay un amor secreto que nos presta sus alas.

Y el corazón renace con renovada fe
igual que los rosales... que no saben porqué.

Donde quiera en las noches, puede abrirse una puerta
pero... tan suavemente que nadie se despierta

Puede ser en otoño... puede ser en verano
tanto un amor tardío... como un amor temprano.
Una mujer... un hombre... y un oscuro aposento
y allá afuera en la calle... sigue pasando el viento.
Y si en la noche hay algo queriendo amanecer
es simplemente un hombre que besa a una mujer.


JOSE ANGEL BUESA

sábado, 27 de febrero de 2010

La alegría que nos roba la vida.




Cuando somos jóvenes esa alegría nos viene de forma constante y aunque tengamos etapas duras y tristes, la alegría lucha por salir adelante, y es porque aún perdura la alegría de la niñez que poco a poco nos va abandonando, toda esa inocencia se nos va yendo a medida que pasan los años; pero son tantas las ganas de vivir que tenemos, tanta la energía que queremos gastarla en risas y canciones, son tiempos en los que aún confiamos en los seres humanos, no conocemos la maldad todavía.
Pero todo comienza a cambiar a medida que nos vamos internando en el mundo real, cuando conocemos que hasta los seres que más amamos y en los cuales confiamos son capaces en ciertos momentos de herirnos y causarnos lesiones en el alma que nos han de durar toda la vida.
Poco a poco, vemos como esa alegría casi infantil va desapareciendo y comienza a aparecer otra forma de alegría, aquella que nos arranca una carcajada ante algo cómico pero que después desaparece, y creemos que ser adulto es actuar constantemente con seriedad, aunque muchas veces pensemos para nuestros adentros que querernos reirnos del mundo entero.
Los años siguen pasando y nos damos cuenta que hemos dejado de cantar y que hemos dejado de reir abiertamente, que hoy solo esbozamos una sonrisa y en contadas ocasiones una carcajada.
La vida nos va llenando poquito a poco de amarguras, los golpes que hemos recibido duelen y nos quitan hasta los deseos de vivir; pero no es eso realmente lo que sentimos, son pocos momentos en los que deseamos no vivir, aún mantenemos la esperanza de que la vida no es eso y comenzamos a comprender que somos los seres humanos los que nos echamos a perder esa vida tan preciosa que se nos ha regalado.
Y miramos al cielo, y nos llenamos de luz, nos llenamos de una alegría diferente a aquella que sentíamos en nuestra primera juventud, pero más plena y añoramos nuestro canto, nuestra risa, aquella llena de inocencia cuando aún la vida no había comenzado a querer matarnos el alma.
Una vez leí que siempre que llegábamos a cierta edad en la cual empezábamos a querer ser santos, pero creo que en realidad no queremos ser santos sino que comenzamos a verlo todo de forma diferente, comenzamos a pasar revista a lo que ha sido nuestra vida, comenzamos a analizar actitudes y los errores que hemos cometido; comenzamos a desnudar nuestra alma.
Pasamos revista a todo aquello que nos causó daño, y empezamos a perdonar y a perdonarnos cuando nos damos cuenta de que queremos irnos en paz, que queremos vivir lo que nos queda de vida tranquilos y llenos de sentimientos buenos para con todos aquellos que nos quitaron la alegría y en paz con todos aquellos a los que le quitamos la suya.
Y damos gracias al cielo porque al fin hemos encontrado un poco de paz, y damos las gracias porque hay otros que se van y no han podido hacerlo.
Y ya son otras cosas las que nos dan la felicidad, ya son los nietos, los hijos los que nos dan esos momentos de risa, de alegría aunque otras veces sean ellos mismos los que nos llenen los ojos de lágrimas y hagan que la angustia nos llene el corazón; y tal vez, por que no?, comenzamos a disfrutar de otras pequeñas cosas que en nuestro caminar no habíamos percibido.
Y nustros ojos se llenan de paz cuando miramos al cielo, cuando vemos la grandeza de la creación y nos invade una quietud inmensa, un sentido diferente de lo que es la felicidad después que hemos logrado desembarazarnos de muchos sufrimientos que hemos dejado en el camino; nuestra alma anda más ligera más plena.

jueves, 18 de febrero de 2010

Poesías de amor de José Angel Buesa.


Carta a Usted

Señora:

Según dicen ya tiene usted otro amante.
Lástima que la prisa nunca sea elegante.
Yo sé que no es frecuente que una mujer hermosa,
se resigne a ser viuda, sin haber sido esposa.

Y me parece injusto discutirle el derecho
de compartir sus penas sus goces y su lecho
pero el amor señora cuando llega el olvido
también tiene el derecho de un final distinguido.

Perdón... Si es que la hiere mi reproche... Perdón
aunque sé que la herida no es en el corazón
Y para perdonarme... Piense si hay más despecho
que en lo que yo le digo, que en lo que usted ha hecho.

Pues sepa que una dama con la espalda desnuda
sin luto en una fiesta, puede ser una viuda.
Pero no como tantas de un difunto señor
sino para ella sola, viuda de un gran amor.

Y nuestro amor recuerdo, fue un amor diferente
al menos al principio, ya no, naturalmente.

Usted será el crepúsculo a la orilla del mar,
que según quien lo mire será hermoso o vulgar.
Usted será la flor que según quien la corta,
es algo que no muere o algo que no importa.

O acaso cierta noche de amor y de locura
yo vivía un ensueño y... y usted una aventura.
Si... usted juró cien veces ser para siempre mía
yo besaba sus labios pero no lo creía.

Usted sabe y perdóneme que en ese juramento
influye demasiado la dirección del viento.
Por eso no me extraña que ya tenga otro amante
a quien quizás le jure lo mismo en este instante.

Y como usted señora ya aprendió a ser infiel
a mí así de repente me da pena por él.

Sí es cierto... alguna noche su puerta estuvo abierta
y yo en otra ventana me olvidé de su puerta
O una tarde de lluvia se iluminó mi vida
mirándome en los ojos de una desconocida.

Y también es posible que mi amor indolente
desdeñara su vaso bebiendo en la corriente.
Sin embargo señora... Yo con sed o sin sed
nunca pensaba en otra... si la besaba a usted.

Perdóneme de nuevo si le digo estas cosas
pero ni los rosales dan solamente rosas.
Y no digo estas cosas por usted ni por mí
sino por... por los amores que terminan así.

Pero vea señora... que diferencia había
entre usted que lloraba... y yo que sonreía.
Pues nuestro amor concluye con finales diversos
usted besando a otro... Yo escribiendo estos versos.




Ala y Raíz

Ala y raíz: la eternidad es eso.
Y aquí, de frente al mar, en la ribera,
la vida es como un fruto que cayera
de un alto gajo, por su propio peso.

Ala y raíz. Y el ala, sin regreso,
a la raíz, con sed de primavera:
que así el confín de la emoción viajera
duerme a la sombra del follaje espeso.

(El mar corre descalzo por la arena.
Mi corazón ya casi es sólo mío.
El ancla está aprendiendo a ser antena

y el latido unicorde se hace escala.
Después, libre del tiempo, en el vacío,
Así: ¡mitad raíz y mitad ala!)




Amor Tardío

Tardíamente, en el jardín sombrío,
tardíamente entró una mariposa,
transfigurando en alba milagrosa
el deprimente anochecer de estío.

Y, sedienta de miel y de rocío,
tardíamente en el rosal se posa,
pues ya se deshojó la última rosa
con la primera ráfaga de frío.

Y yo, que voy andando hacia el poniente,
siento llegar maravillosamente,
como esa mariposa, una ilusión;

pero en mi otoño de melancolía,
mariposa de amor, al fin del día,
qué tarde llegas a mi corazón...





Balada del Loco Amor
I

No, nada llega tarde, porque todas las cosas
tienen su tiempo justo, como el trigo y las rosas;
sólo que, a diferencia de la espiga y la flor,
cualquier tiempo es el tiempo de que llegue el amor.
No, Amor no llega tarde. Tu corazón y el mío
saben secretamente que no hay amor tardío.
Amor, a cualquier hora, cuando toca a una puerta,
la toca desde adentro, porque ya estaba abierta.
Y hay un amor valiente y hay un amor cobarde,
pero, de cualquier modo, ninguno llega tarde.

II

Amor, el niño loco de la loca sonrisa,
viene con pasos lentos igual que viene a prisa;
pero nadie está a salvo, nadie, si el niño loco
lanza al azar su flecha, por divertirse un poco.
Así ocurre que un niño travieso se divierte,
y un hombre, un hombre triste, queda herido de muerte.
Y más, cuando la flecha se le encona en la herida,
porque lleva el veneno de una ilusión prohibida.
Y el hombre arde en su llama de pasión, y arde, y arde
Y ni siquiera entonces el amor llega tarde.

III

No, yo no diré nunca qué noche de verano
me estremeció la fiebre de tu mano en mi mano.
No diré que esa noche que sólo a ti te digo
se me encendió en la sangre lo que soñé contigo.
No, no diré esas cosas, y, todavía menos,
la delicia culpable de contemplar tus senos.
Y no diré tampoco lo que vi en tu mirada,
que era como la llave de una puerta cerrada.
Nada más. No era el tiempo de la espiga y la flor,
y ni siquiera entonces llegó tarde el amor.




Canción de la Búsqueda

Todavía te busco mujer que busco en vano,
mujer que tantas veces cruzaste mi sendero,
sin alcanzarte nunca cuando extendí la mano
y sin que me escucharas cuando dije: "te quiero..."

Y, sin embargo, espero. Y el tiempo pasa y pasa.
Y ya llega el otoño, y espero todavía:
De lo que fue una hoguera sólo queda una brasa,
pero sigo soñando que he de encontrarte un día.

Y quizás, en la sombra de mi esperanza ciega,
si al fin te encuentro un día, me sentiré cobarde,
al comprender, de pronto, que lo que nunca llega
nos entristece menos que lo que llega tarde.

Y sentiré en el fondo de mis manos vacías,
más allá de la bruma de mis ojos huraños,
la ansiedad de las horas convirtiéndose en días
y el horror de los días convirtiéndose en años...

Pues quizás esté mustia tu frente soñadora,
ya sin calor la llama, ya sin fulgor la estrella...
Y al no decir: "¡Es ella!" - como diría ahora -,
seguiré mi camino, murmurando: "Era ella..."





Balada del Mal Amor

Qué lástima muchacha,
que no te pueda amar.
Yo soy un árbol seco que sólo espera el hacha,
y tú un arroyo alegre que sueña con el mar.

Yo eché mi red al río…
Se me rompió la red…
No unas tu vaso lleno con mi vaso vacío,
pues si bebo en tu vaso voy a sentir más sed.

Se besa por el beso,
por amar el amor…
Ese es tu amor de ahora, pero el amor no es eso,
pues sólo nace el fruto cuando muere la flor.

Amar es tan sencillo,
tan sin saber por qué…
Pero así como pierde la moneda su brillo,
el alma, poco a poco, va perdiendo su fe.

¡Qué lástima muchacha,
que no te pueda amar!
Hay velas que se rompen a la primera racha,
¡y hay tantas velas rotas en el fondo del mar!

Pero aunque toda herida
deja una cicatriz,
no importa la hoja seca de una rama florida,
si el dolor de esa hoja no llega a la raíz.

La vida, llama o nieve,
es un molino que
va moliendo en sus aspas el viento que lo mueve,
triturando el recuerdo de lo que ya se fue…

Ya lo mío fue mío,
y ahora voy al azar…
Si una rosa es más bella mojada de rocío,
el golpe de la lluvia la puede deshojar…

Tuve un amor cobarde.
Lo tuve y lo perdí…
Para tu amor temprano ya es demasiado tarde,
porque en mi alma anochece lo que amanece en ti.

El viento hincha la vela, pero la deshilacha,
y el agua de los ríos se hace amarga en el mar…
¡Qué lástima muchacha,
que no te pueda amar!




Canción del Amor Lejano

Ella no fue, entre todas, la más bella,
pero me dio el amor más hondo y largo.
Otras me amaron más; y, sin embargo,
a ninguna la quise como a ella.

Acaso fue porque la amé de lejos,
como una estrella desde mi ventana...
Y la estrella que brilla más lejana
nos parece que tiene más reflejos.

Tuve su amor como una cosa ajena
como una playa cada vez más sola,
que únicamente guarda de la ola
una humedad de sal sobre la arena.

Ella estuvo en mis brazos sin ser mía,
como el agua en cántaro sediento,
como un perfume que se fue en el viento
y que vuelve en el viento todavía.

Me penetró su sed insatisfecha
como un arado sobre llanura,
abriendo en su fugaz desgarradura
la esperanza feliz de la cosecha.

Ella fue lo cercano en lo remoto,
pero llenaba todo lo vacío,
como el viento en las velas del navío,
como la luz en el espejo roto.

Por eso aún pienso en la mujer aquella,
la que me dio el amor más hondo y largo...
Nunca fue mía. No era la más bella.
Otras me amaron más... Y, sin embargo,
a ninguna la quise como a ella.





Así, Verte de Lejos

Así, verte de lejos, definitivamente.
Tú vas con otro hombre, y yo con otra mujer.
Y sí que como el agua que brota de una fuente
aquellos bellos días ya no pueden volver.

Así, verte de lejos y pasar sonriente,
como quien ya no siente lo que sentía ayer,
y lograr que mi rostro se quede indiferente
y que el gesto de hastío parezca de placer.

Así, verte de lejos, y no decirte nada
ni con una sonrisa, ni con una mirada,
y que nunca sospeches cuánto te quiero así.

Porque aunque nadie sabe lo que a nadie le digo,
la noche entera es corta para soñar contigo
y todo el día es poco para pensar en ti.




Poema del Renunciamiento

Pasaras por mi vida sin saber que pasaste.
Pasaras en silencio por mi amor, y al pasar,
fingire una sonrisa, como un dulce contraste
del dolor de quererte ... y jamas lo sabrás.
Soñare con el nacar virginal de tu frente;
soñare con tus ojos de esmeraldas de mar;
soñare con tus labios desesperadamente;
soñare con tus besos ... y jamás lo sabrás.
Quizas pases con otro que te diga al oido
esas frases que nadie como yo te dirá;
y, ahogando para siempre mi amor inadvertido,
te amare más que nunca ... y jamás lo sabrás.
Yo te amare en silencio, como algo inaccesible,
como un sueño que nunca lograré realizar;
y el lejano perfume de mi amor imposible
rozará tus cabellos ... y jamás lo sabrás.
Y si un día una lágrima denuncia mi tormento,
-- el tormento infinito que te debo ocultar --
te diré sonriente: "No es nada ... ha sido el viento".
Me enjugaré la lágrima ... ¡y jamás lo sabrás!




Poema del Fracaso

Mi corazón, un día, tuvo un ansia suprema,
que aún hoy lo embriaga cual lo embriagara ayer;
Quería aprisionar un alma en un poema,
y que viviera siempre... Pero no pudo ser.
Mi corazón, un día, silenció su latido,
y en plena lozanía se sintió envejecer;
Quiso amar un recuerdo más fuerte que el olvido
y morir recordando... Pero no pudo ser.
Mi corazón, un día, soñó un sueño sonoro,
en un fugaz anhelo de gloria y de poder;
Subió la escalinata de un palacio de oro
y quiso abrir las puertas... Pero no pudo ser.
Mi corazón, un día, se convirtió en hoguera,
por vivir plenamente la fiebre del placer;
Ansiaba el goce nuevo de una emoción cualquiera,
un goce para el solo... Pero no pudo ser.
Y hoy llegas tu a mi vida, con tu sonrisa clara,
con tu sonrisa clara, que es un amanecer;
y ante el sueño más dulce que nunca antes soñara,
quiero vivir mi sueño... Pero no puede ser.
Y he de decirte adiós para siempre, querida,
sabiendo que te alejas para nunca volver,
Quisiera retenerte para toda la vida...
Pero no puede ser! Pero no puede ser!




Poema de la Despedida

Te digo adiós si acaso te quiero todavía
Quizas no he de olvidarte... Pero te digo adiós
No se si me quisiste... No se si te quería
O tal vez nos quisimos demasiado los dos.
Este cariño triste y apasionado y loco
Me lo sembré en el alma para quererte a tí.
No se si te amé mucho... No se si te amé poco,
Pero si sé que nunca volvere a amar así.
Me queda tu sonrisa dormida en mi recuerdo
Y el corazón me dice que no te olvidaré.
Pero al quedarme solo... Sabiendo que te pierdo,
Tal vez empiezo a amarte como jamás te amé.
Te digo adiós y acaso con esta despedida
Mi más hermoso sueño muere dentro de mí.
Pero te digo adiós para toda la vida,
Aunque toda la vida siga pensando en tí.




Ya era muy Viejecita

Ya era muy viejecita... Y un año y otro año
se fue quedando sola con su tiempo sin fin.
Sola con su sonrisa de que nada hace daño,
sola como una hermana mayor en su jardín.
Se fue quedando sola con los brazos abiertos,
que es como crucifican los hijos que se van,
con su suave manera de cruzar los cubiertos,
y aquel olor a limpio de sus batas de holán.
Déjenme recordarla con su vals en el piano,
como yéndose un poco con lo que se le fue;
y con qué pesadumbre se mira la mano
cuando le tintineaba su taza de café.
Se fue quedando sola, sola... sola en su mesa,
en su casita blanca y en su lento sillón;
y si alguien no conoce que soledad es esa,
no sabe cuánta muerte cabe en un corazón.
Y diré que en la tarde de aquel viernes con rosas,
en aquel "hasta pronto" que fue un adiós final,
aprendí que unas manos pueden ser mariposas,
dos mariposas tristes volando en su portal.
Sé que murió de noche. No quiero saber cuándo.
Nadie estaba con ella, nadie, cuando murió:
Ni su hijo Guillermo, ni su hijo Fernando,
ni el otro, el vagabundo sin patria, que soy yo.





Canción del Viaje

Recuerdo un pueblo triste y una noche de frío
y las iluminadas ventanillas de un tren.
Y aquel tren que partía se llevaba algo mío,
ya no recuerdo cuando, ya no recuerdo quien.
Pero sí que fue un viaje para toda la vida
y que el último gesto, fue un gesto de desdén,
porque dejó olvidado su amor sin despedida
igual que una maleta tirada en el andén.
Y así, mi amor inútil, con su inútil reproche,
se acurrucó en su olvido, que fue inútil también.
Como esos pueblos tristes, donde llueve de noche,
como esos pueblos tristes, donde no para el tren.




Nocturno IV

Así estás todavía de pie bajo la lluvia,
bajo la clara lluvia de una noche de invierno.
De pie bajo la lluvia me llega tu sonrisa,
de pie bajo la lluvia te encuentra mi recuerdo.
Siempre he de recordarte de pie bajo la lluvia,
con un polvo de estrellas muriendo en tus cabellos
y tu voz que nacía del fondo de tus ojos
y tus manos cansadas que se iban en el viento
y aquel cielo de plomo y el rumor de los árboles
y la hoja aquella que te cayó en el seno
y el rocío nocturno dormido en tus pestañas
y engarzando diamantes en tu vestido negro.
Así estás todavía lejanamente cerca
desde tu lejanía de sombra y de silencio.
Mi corazón te llama de pie bajo la lluvia,
de pie bajo la lluvia te acercas en el sueño.
La vida es tan pequeña que cabe en una noche.
Quizá fue que en la sombra me encontré con tu beso
y por eso me envuelve, de pie bajo la lluvia,
el sabor de tu boca y el olor de tu cuerpo.
Si, me has dejado triste porque pienso que acaso
ya no estarás conmigo cuando llueva de nuevo.
Y no he de verte entonces de pie bajo la lluvia
con las manos temblando de frío y de deseo.
Pero aunque habrá otras noches cargadas de perfumes
y otras mujeres, y otras, a lo largo del tiempo,
siempre he de recordarte de pie bajo la lluvia,
bajo la lluvia clara de una noche de invierno...




ELEGÍA PARA MÍ Y PARA TÍ

Yo seguiré soñando mientras pasa la vida,
y tú te irás borrando lentamente de mi sueño.
Un año y otro año caerán como hojas secas
de las ramas del árbol milenario del tiempo,
y tu sonrisa, llena de claridad de aurora,
se alejará en la sombra creciente del recuerdo.

Yo seguiré soñando mientras pasa la vida,
y quizá, poco a poco, dejaré de hacer versos,
bajo el vulgar agobio de la rutina diaria,
de las desilusiones y los aburrimientos.
Tú, que nunca soñaste mas que cosas posibles,
dejarás, poco a poco, de mirarte al espejo.

Acaso nos veremos un día, casualmente,
al cruzar una calle, y nos saludaremos.
Yo pensaré quizá: "Qué linda es todavía."
Tú quizá pensarás: "Se está poniendo viejo"
Tú irás sola, o con otro. Yo iré solo o con otra.
o tú irás con un hijo que debiera ser nuestro.

Y seguirá muriendo la vida, año tras año,
igual que un río oscuro que corre hacia el silencio.
Un amigo, algún día, me dirá que te ha visto,
o una canción de entonces me traerá tu recuerdo.
Y en estas noches tristes de quietud y de estrellas,
pensaré en ti un instante, pero cada vez menos....

Y pasará la vida. Yo seguiré soñando;
pero ya no habrá un nombre de mujer en mi sueño.
Yo ya te habré olvidado definitivamente
y sobre mis rodillas retozarán mis nietos.
(Y quizá, para entonces, al cruzar una calle,
nos vimos frente a frente, ya sin reconocernos.

Y una tarde de sol me cubrirán de tierra,
las manos para siempre cruzadas sobre el pecho.
Tú, con los ojos tristes y los cabellos blancos,
te pasarás las horas bostezando y tejiendo.
Y cada primavera renacerán las rosa,
aunque ya tú estés vieja, y aunque yo me haya muerto.



POEMA DE LA CULPA

Yo la amé, y era de otro, que también la quería.
Perdónala Señor, porque la culpa es mía.
Después de haber besado sus cabellos de trigo,
nada importa la culpa, pues no importa el castigo.

Fue un pecado quererla, Señor, y, sin embargo
mis labios están dulces por ese amor amargo.
Ella fue como un agua callada que corría...
Si es culpa tener sed, toda la culpa es mía.

Perdónala Señor, tú que le diste a ella
su frescura de lluvia y esplendor de estrella.
Su alma era transparente como un vaso vacío:
yo lo llené de amor. Todo el pecado es mío.

Pero, ¿cómo no amarla, si tú hicistes que fuera
turbadora y fragante como la primavera?
¿Cómo no haberla amado, si era como el rocío
sobre la yerba seca y ávida del estío?

Trataré de rechazarla, Señor, inútilmente,
como un surco que intenta rechazar el simiente.
Era de otro. Era de otro que no la merecía,
y por eso, en sus brazos, seguía siendo mía.

Era de otro, Señor, pero hay cosas sin dueño:
las rosas y los ríos, y el amor y el ensueño.
Y ella me dio su amor como se da una rosa
como quien lo da todo, dando tan poca cosa...

Una embriaguez extraña nos venció poco a poco:
ella no fue culpable, Señor... ni yo tampoco
La culpa es toda tuya, porque la hiciste bella
y me diste los ojos para mirarla a ella.

Sí, nuestra culpa es tuya, si es una culpa amar
y si es culpa de un río cuando corre hacia el amar.
Es tan bella, Señor, y es tan suave, y tan clara,
que sería pecado mayor si no la amara.

Y por eso, perdóname, Señor, porque es tan bella,
que tú, que hicistes el agua, y la flor, y la estrella,
tú, que oyes el lamento de este dolor sin nombre,
tú también la amarías, ¡si pudieras ser hombre.





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Poemas de:
José Ángel Buesa



ÍNDICE
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Carta a Usted Ala y Raiz
Amor Tardio Balada del Loco Amor
Canción de la Búsqueda Balada del Mal Amor
Canción del Amor Lejano Asi Verte de Lejos
Poema del Renunciamiento Poema del Fracaso
Poema de la Despedida Ya era muy Viejecita
Canción del Viaje Nocturno IV
Elegía de Mí para Tí Poema de la Culpa

Carta a Usted
Señora:

Según dicen ya tiene usted otro amante.
Lástima que la prisa nunca sea elegante.
Yo sé que no es frecuente que una mujer hermosa,
se resigne a ser viuda, sin haber sido esposa.

Y me parece injusto discutirle el derecho
de compartir sus penas sus goces y su lecho
pero el amor señora cuando llega el olvido
también tiene el derecho de un final distinguido.

Perdón... Si es que la hiere mi reproche... Perdón
aunque sé que la herida no es en el corazón
Y para perdonarme... Piense si hay más despecho
que en lo que yo le digo, que en lo que usted ha hecho.

Pues sepa que una dama con la espalda desnuda
sin luto en una fiesta, puede ser una viuda.
Pero no como tantas de un difunto señor
sino para ella sola, viuda de un gran amor.

Y nuestro amor recuerdo, fue un amor diferente
al menos al principio, ya no, naturalmente.

Usted será el crepúsculo a la orilla del mar,
que según quien lo mire será hermoso o vulgar.
Usted será la flor que según quien la corta,
es algo que no muere o algo que no importa.

O acaso cierta noche de amor y de locura
yo vivía un ensueño y... y usted una aventura.
Si... usted juró cien veces ser para siempre mía
yo besaba sus labios pero no lo creía.

Usted sabe y perdóneme que en ese juramento
influye demasiado la dirección del viento.
Por eso no me extraña que ya tenga otro amante
a quien quizás le jure lo mismo en este instante.

Y como usted señora ya aprendió a ser infiel
a mí así de repente me da pena por él.

Sí es cierto... alguna noche su puerta estuvo abierta
y yo en otra ventana me olvidé de su puerta
O una tarde de lluvia se iluminó mi vida
mirándome en los ojos de una desconocida.

Y también es posible que mi amor indolente
desdeñara su vaso bebiendo en la corriente.
Sin embargo señora... Yo con sed o sin sed
nunca pensaba en otra... si la besaba a usted.

Perdóneme de nuevo si le digo estas cosas
pero ni los rosales dan solamente rosas.
Y no digo estas cosas por usted ni por mí
sino por... por los amores que terminan así.

Pero vea señora... que diferencia había
entre usted que lloraba... y yo que sonreía.
Pues nuestro amor concluye con finales diversos
usted besando a otro... Yo escribiendo estos versos.




Ala y Raíz

Ala y raíz: la eternidad es eso.
Y aquí, de frente al mar, en la ribera,
la vida es como un fruto que cayera
de un alto gajo, por su propio peso.

Ala y raíz. Y el ala, sin regreso,
a la raíz, con sed de primavera:
que así el confín de la emoción viajera
duerme a la sombra del follaje espeso.

(El mar corre descalzo por la arena.
Mi corazón ya casi es sólo mío.
El ancla está aprendiendo a ser antena

y el latido unicorde se hace escala.
Después, libre del tiempo, en el vacío,
Así: ¡mitad raíz y mitad ala!)




Amor Tardío

Tardíamente, en el jardín sombrío,
tardíamente entró una mariposa,
transfigurando en alba milagrosa
el deprimente anochecer de estío.

Y, sedienta de miel y de rocío,
tardíamente en el rosal se posa,
pues ya se deshojó la última rosa
con la primera ráfaga de frío.

Y yo, que voy andando hacia el poniente,
siento llegar maravillosamente,
como esa mariposa, una ilusión;

pero en mi otoño de melancolía,
mariposa de amor, al fin del día,
qué tarde llegas a mi corazón...





Balada del Loco Amor
I

No, nada llega tarde, porque todas las cosas
tienen su tiempo justo, como el trigo y las rosas;
sólo que, a diferencia de la espiga y la flor,
cualquier tiempo es el tiempo de que llegue el amor.
No, Amor no llega tarde. Tu corazón y el mío
saben secretamente que no hay amor tardío.
Amor, a cualquier hora, cuando toca a una puerta,
la toca desde adentro, porque ya estaba abierta.
Y hay un amor valiente y hay un amor cobarde,
pero, de cualquier modo, ninguno llega tarde.

II

Amor, el niño loco de la loca sonrisa,
viene con pasos lentos igual que viene a prisa;
pero nadie está a salvo, nadie, si el niño loco
lanza al azar su flecha, por divertirse un poco.
Así ocurre que un niño travieso se divierte,
y un hombre, un hombre triste, queda herido de muerte.
Y más, cuando la flecha se le encona en la herida,
porque lleva el veneno de una ilusión prohibida.
Y el hombre arde en su llama de pasión, y arde, y arde
Y ni siquiera entonces el amor llega tarde.

III

No, yo no diré nunca qué noche de verano
me estremeció la fiebre de tu mano en mi mano.
No diré que esa noche que sólo a ti te digo
se me encendió en la sangre lo que soñé contigo.
No, no diré esas cosas, y, todavía menos,
la delicia culpable de contemplar tus senos.
Y no diré tampoco lo que vi en tu mirada,
que era como la llave de una puerta cerrada.
Nada más. No era el tiempo de la espiga y la flor,
y ni siquiera entonces llegó tarde el amor.




Canción de la Búsqueda

Todavía te busco mujer que busco en vano,
mujer que tantas veces cruzaste mi sendero,
sin alcanzarte nunca cuando extendí la mano
y sin que me escucharas cuando dije: "te quiero..."

Y, sin embargo, espero. Y el tiempo pasa y pasa.
Y ya llega el otoño, y espero todavía:
De lo que fue una hoguera sólo queda una brasa,
pero sigo soñando que he de encontrarte un día.

Y quizás, en la sombra de mi esperanza ciega,
si al fin te encuentro un día, me sentiré cobarde,
al comprender, de pronto, que lo que nunca llega
nos entristece menos que lo que llega tarde.

Y sentiré en el fondo de mis manos vacías,
más allá de la bruma de mis ojos huraños,
la ansiedad de las horas convirtiéndose en días
y el horror de los días convirtiéndose en años...

Pues quizás esté mustia tu frente soñadora,
ya sin calor la llama, ya sin fulgor la estrella...
Y al no decir: "¡Es ella!" - como diría ahora -,
seguiré mi camino, murmurando: "Era ella..."





Balada del Mal Amor

Qué lástima muchacha,
que no te pueda amar.
Yo soy un árbol seco que sólo espera el hacha,
y tú un arroyo alegre que sueña con el mar.

Yo eché mi red al río…
Se me rompió la red…
No unas tu vaso lleno con mi vaso vacío,
pues si bebo en tu vaso voy a sentir más sed.

Se besa por el beso,
por amar el amor…
Ese es tu amor de ahora, pero el amor no es eso,
pues sólo nace el fruto cuando muere la flor.

Amar es tan sencillo,
tan sin saber por qué…
Pero así como pierde la moneda su brillo,
el alma, poco a poco, va perdiendo su fe.

¡Qué lástima muchacha,
que no te pueda amar!
Hay velas que se rompen a la primera racha,
¡y hay tantas velas rotas en el fondo del mar!

Pero aunque toda herida
deja una cicatriz,
no importa la hoja seca de una rama florida,
si el dolor de esa hoja no llega a la raíz.

La vida, llama o nieve,
es un molino que
va moliendo en sus aspas el viento que lo mueve,
triturando el recuerdo de lo que ya se fue…

Ya lo mío fue mío,
y ahora voy al azar…
Si una rosa es más bella mojada de rocío,
el golpe de la lluvia la puede deshojar…

Tuve un amor cobarde.
Lo tuve y lo perdí…
Para tu amor temprano ya es demasiado tarde,
porque en mi alma anochece lo que amanece en ti.

El viento hincha la vela, pero la deshilacha,
y el agua de los ríos se hace amarga en el mar…
¡Qué lástima muchacha,
que no te pueda amar!




Canción del Amor Lejano

Ella no fue, entre todas, la más bella,
pero me dio el amor más hondo y largo.
Otras me amaron más; y, sin embargo,
a ninguna la quise como a ella.

Acaso fue porque la amé de lejos,
como una estrella desde mi ventana...
Y la estrella que brilla más lejana
nos parece que tiene más reflejos.

Tuve su amor como una cosa ajena
como una playa cada vez más sola,
que únicamente guarda de la ola
una humedad de sal sobre la arena.

Ella estuvo en mis brazos sin ser mía,
como el agua en cántaro sediento,
como un perfume que se fue en el viento
y que vuelve en el viento todavía.

Me penetró su sed insatisfecha
como un arado sobre llanura,
abriendo en su fugaz desgarradura
la esperanza feliz de la cosecha.

Ella fue lo cercano en lo remoto,
pero llenaba todo lo vacío,
como el viento en las velas del navío,
como la luz en el espejo roto.

Por eso aún pienso en la mujer aquella,
la que me dio el amor más hondo y largo...
Nunca fue mía. No era la más bella.
Otras me amaron más... Y, sin embargo,
a ninguna la quise como a ella.





Así, Verte de Lejos

Así, verte de lejos, definitivamente.
Tú vas con otro hombre, y yo con otra mujer.
Y sí que como el agua que brota de una fuente
aquellos bellos días ya no pueden volver.

Así, verte de lejos y pasar sonriente,
como quien ya no siente lo que sentía ayer,
y lograr que mi rostro se quede indiferente
y que el gesto de hastío parezca de placer.

Así, verte de lejos, y no decirte nada
ni con una sonrisa, ni con una mirada,
y que nunca sospeches cuánto te quiero así.

Porque aunque nadie sabe lo que a nadie le digo,
la noche entera es corta para soñar contigo
y todo el día es poco para pensar en ti.




Poema del Renunciamiento

Pasaras por mi vida sin saber que pasaste.
Pasaras en silencio por mi amor, y al pasar,
fingire una sonrisa, como un dulce contraste
del dolor de quererte ... y jamas lo sabrás.
Soñare con el nacar virginal de tu frente;
soñare con tus ojos de esmeraldas de mar;
soñare con tus labios desesperadamente;
soñare con tus besos ... y jamás lo sabrás.
Quizas pases con otro que te diga al oido
esas frases que nadie como yo te dirá;
y, ahogando para siempre mi amor inadvertido,
te amare más que nunca ... y jamás lo sabrás.
Yo te amare en silencio, como algo inaccesible,
como un sueño que nunca lograré realizar;
y el lejano perfume de mi amor imposible
rozará tus cabellos ... y jamás lo sabrás.
Y si un día una lágrima denuncia mi tormento,
-- el tormento infinito que te debo ocultar --
te diré sonriente: "No es nada ... ha sido el viento".
Me enjugaré la lágrima ... ¡y jamás lo sabrás!




Poema del Fracaso

Mi corazón, un día, tuvo un ansia suprema,
que aún hoy lo embriaga cual lo embriagara ayer;
Quería aprisionar un alma en un poema,
y que viviera siempre... Pero no pudo ser.
Mi corazón, un día, silenció su latido,
y en plena lozanía se sintió envejecer;
Quiso amar un recuerdo más fuerte que el olvido
y morir recordando... Pero no pudo ser.
Mi corazón, un día, soñó un sueño sonoro,
en un fugaz anhelo de gloria y de poder;
Subió la escalinata de un palacio de oro
y quiso abrir las puertas... Pero no pudo ser.
Mi corazón, un día, se convirtió en hoguera,
por vivir plenamente la fiebre del placer;
Ansiaba el goce nuevo de una emoción cualquiera,
un goce para el solo... Pero no pudo ser.
Y hoy llegas tu a mi vida, con tu sonrisa clara,
con tu sonrisa clara, que es un amanecer;
y ante el sueño más dulce que nunca antes soñara,
quiero vivir mi sueño... Pero no puede ser.
Y he de decirte adiós para siempre, querida,
sabiendo que te alejas para nunca volver,
Quisiera retenerte para toda la vida...
Pero no puede ser! Pero no puede ser!




Poema de la Despedida

Te digo adiós si acaso te quiero todavía
Quizas no he de olvidarte... Pero te digo adiós
No se si me quisiste... No se si te quería
O tal vez nos quisimos demasiado los dos.
Este cariño triste y apasionado y loco
Me lo sembré en el alma para quererte a tí.
No se si te amé mucho... No se si te amé poco,
Pero si sé que nunca volvere a amar así.
Me queda tu sonrisa dormida en mi recuerdo
Y el corazón me dice que no te olvidaré.
Pero al quedarme solo... Sabiendo que te pierdo,
Tal vez empiezo a amarte como jamás te amé.
Te digo adiós y acaso con esta despedida
Mi más hermoso sueño muere dentro de mí.
Pero te digo adiós para toda la vida,
Aunque toda la vida siga pensando en tí.




Ya era muy Viejecita

Ya era muy viejecita... Y un año y otro año
se fue quedando sola con su tiempo sin fin.
Sola con su sonrisa de que nada hace daño,
sola como una hermana mayor en su jardín.
Se fue quedando sola con los brazos abiertos,
que es como crucifican los hijos que se van,
con su suave manera de cruzar los cubiertos,
y aquel olor a limpio de sus batas de holán.
Déjenme recordarla con su vals en el piano,
como yéndose un poco con lo que se le fue;
y con qué pesadumbre se mira la mano
cuando le tintineaba su taza de café.
Se fue quedando sola, sola... sola en su mesa,
en su casita blanca y en su lento sillón;
y si alguien no conoce que soledad es esa,
no sabe cuánta muerte cabe en un corazón.
Y diré que en la tarde de aquel viernes con rosas,
en aquel "hasta pronto" que fue un adiós final,
aprendí que unas manos pueden ser mariposas,
dos mariposas tristes volando en su portal.
Sé que murió de noche. No quiero saber cuándo.
Nadie estaba con ella, nadie, cuando murió:
Ni su hijo Guillermo, ni su hijo Fernando,
ni el otro, el vagabundo sin patria, que soy yo.





Canción del Viaje

Recuerdo un pueblo triste y una noche de frío
y las iluminadas ventanillas de un tren.
Y aquel tren que partía se llevaba algo mío,
ya no recuerdo cuando, ya no recuerdo quien.
Pero sí que fue un viaje para toda la vida
y que el último gesto, fue un gesto de desdén,
porque dejó olvidado su amor sin despedida
igual que una maleta tirada en el andén.
Y así, mi amor inútil, con su inútil reproche,
se acurrucó en su olvido, que fue inútil también.
Como esos pueblos tristes, donde llueve de noche,
como esos pueblos tristes, donde no para el tren.




Nocturno IV

Así estás todavía de pie bajo la lluvia,
bajo la clara lluvia de una noche de invierno.
De pie bajo la lluvia me llega tu sonrisa,
de pie bajo la lluvia te encuentra mi recuerdo.
Siempre he de recordarte de pie bajo la lluvia,
con un polvo de estrellas muriendo en tus cabellos
y tu voz que nacía del fondo de tus ojos
y tus manos cansadas que se iban en el viento
y aquel cielo de plomo y el rumor de los árboles
y la hoja aquella que te cayó en el seno
y el rocío nocturno dormido en tus pestañas
y engarzando diamantes en tu vestido negro.
Así estás todavía lejanamente cerca
desde tu lejanía de sombra y de silencio.
Mi corazón te llama de pie bajo la lluvia,
de pie bajo la lluvia te acercas en el sueño.
La vida es tan pequeña que cabe en una noche.
Quizá fue que en la sombra me encontré con tu beso
y por eso me envuelve, de pie bajo la lluvia,
el sabor de tu boca y el olor de tu cuerpo.
Si, me has dejado triste porque pienso que acaso
ya no estarás conmigo cuando llueva de nuevo.
Y no he de verte entonces de pie bajo la lluvia
con las manos temblando de frío y de deseo.
Pero aunque habrá otras noches cargadas de perfumes
y otras mujeres, y otras, a lo largo del tiempo,
siempre he de recordarte de pie bajo la lluvia,
bajo la lluvia clara de una noche de invierno...




ELEGÍA PARA MÍ Y PARA TÍ

Yo seguiré soñando mientras pasa la vida,
y tú te irás borrando lentamente de mi sueño.
Un año y otro año caerán como hojas secas
de las ramas del árbol milenario del tiempo,
y tu sonrisa, llena de claridad de aurora,
se alejará en la sombra creciente del recuerdo.

Yo seguiré soñando mientras pasa la vida,
y quizá, poco a poco, dejaré de hacer versos,
bajo el vulgar agobio de la rutina diaria,
de las desilusiones y los aburrimientos.
Tú, que nunca soñaste mas que cosas posibles,
dejarás, poco a poco, de mirarte al espejo.

Acaso nos veremos un día, casualmente,
al cruzar una calle, y nos saludaremos.
Yo pensaré quizá: "Qué linda es todavía."
Tú quizá pensarás: "Se está poniendo viejo"
Tú irás sola, o con otro. Yo iré solo o con otra.
o tú irás con un hijo que debiera ser nuestro.

Y seguirá muriendo la vida, año tras año,
igual que un río oscuro que corre hacia el silencio.
Un amigo, algún día, me dirá que te ha visto,
o una canción de entonces me traerá tu recuerdo.
Y en estas noches tristes de quietud y de estrellas,
pensaré en ti un instante, pero cada vez menos....

Y pasará la vida. Yo seguiré soñando;
pero ya no habrá un nombre de mujer en mi sueño.
Yo ya te habré olvidado definitivamente
y sobre mis rodillas retozarán mis nietos.
(Y quizá, para entonces, al cruzar una calle,
nos vimos frente a frente, ya sin reconocernos.

Y una tarde de sol me cubrirán de tierra,
las manos para siempre cruzadas sobre el pecho.
Tú, con los ojos tristes y los cabellos blancos,
te pasarás las horas bostezando y tejiendo.
Y cada primavera renacerán las rosa,
aunque ya tú estés vieja, y aunque yo me haya muerto.



POEMA DE LA CULPA

Yo la amé, y era de otro, que también la quería.
Perdónala Señor, porque la culpa es mía.
Después de haber besado sus cabellos de trigo,
nada importa la culpa, pues no importa el castigo.

Fue un pecado quererla, Señor, y, sin embargo
mis labios están dulces por ese amor amargo.
Ella fue como un agua callada que corría...
Si es culpa tener sed, toda la culpa es mía.

Perdónala Señor, tú que le diste a ella
su frescura de lluvia y esplendor de estrella.
Su alma era transparente como un vaso vacío:
yo lo llené de amor. Todo el pecado es mío.

Pero, ¿cómo no amarla, si tú hicistes que fuera
turbadora y fragante como la primavera?
¿Cómo no haberla amado, si era como el rocío
sobre la yerba seca y ávida del estío?

Trataré de rechazarla, Señor, inútilmente,
como un surco que intenta rechazar el simiente.
Era de otro. Era de otro que no la merecía,
y por eso, en sus brazos, seguía siendo mía.

Era de otro, Señor, pero hay cosas sin dueño:
las rosas y los ríos, y el amor y el ensueño.
Y ella me dio su amor como se da una rosa
como quien lo da todo, dando tan poca cosa...

Una embriaguez extraña nos venció poco a poco:
ella no fue culpable, Señor... ni yo tampoco
La culpa es toda tuya, porque la hiciste bella
y me diste los ojos para mirarla a ella.

Sí, nuestra culpa es tuya, si es una culpa amar
y si es culpa de un río cuando corre hacia el amar.
Es tan bella, Señor, y es tan suave, y tan clara,
que sería pecado mayor si no la amara.

Y por eso, perdóname, Señor, porque es tan bella,
que tú, que hicistes el agua, y la flor, y la estrella,
tú, que oyes el lamento de este dolor sin nombre,
tú también la amarías, ¡si pudieras ser hombre

Recuerdos.

Eramos tres amigas, Rosita, María Regla y Sonia; ellas
estudiaban música, yo solamente hacía con ellas los estudios de secundaria
pero poco a poco me fuí acostumbrando a sentirme un poco musical también
y cuando iba a visitarlas me sentaba a oirlas practicar el piano, y me maravillaba
al ver como iban avanzando día a día.
Eramos tres amigas, y nos sentíamos un poco mosqueteras, pues cada vez que un profesor
le llamaba la atención a una de nosotras, las otras dos se ponían de pie y soportábamos el aluvión
como algo nuestro. Una vez nos preguntaron el por qué hacíamos eso, y enseguida respondimos casi al unísono
que era por solidaridad; ya después los maestros se adaptaron a esas actitudes nuestras y optaban por aceptarlas.
En una ocasión mandaron a Rosita a salir del aula y las tres nos pusimos de pie y salimos hacia la dirección.
Lástima que la vida nos separara, cada una tomó su camino pero siempre el recuerdo de nuestra amistad siguió vivo.
Juntas íbamos a los bailes, juntas estudiabamos, juntas nos reiamos, nos contábamos de enamorados y de ilusiones
y hacíamos planes para el futuro.
Rosita, una trigueña bonita, de pelo largo y ondeado, de grandes ojos oscuros, delgada, reidora y muy alegre.
María Regla, mestiza clara, de pelo castaño claro, de ojos soñadores, llena de fantasías, enamorada del amor y de la vida
alegre por momentos pero sus ojos siempre mostraban una tristeza escondida.
Sonia, una rubia bonita de ojos azules, siempre enamorada, reidora y amiga de las canciones, llena de ilusiones y fantasías
bailadora y no siempre feliz.
Recuerdo que en nuestra primera escuela al campo, llegamos al campamento de Candelaria alrededor de dos mil muchachas
a trabajar con las plantas de café, muchas de nosotras no sabíamos distinguir la hierba mala de la matica de café, y muchas
veces arrancábamos las dos juntas y riéndonos nos hacíamops cada una cómplices del error.
Los domingos, la única que no tenía visitas era yo, solamente una vez me fueron a ver en los 45 días que estuvimos allí, pero
los padres de Rosita y María Regla se encargaban de llevarme muchas cosas de comer allí y para guardar en la maleta hasta
la visita siguiente; al principio eso me daba deseos de llorar al sentirme casi abandonada, pero después me acostumbré.
Yo asistía a las dos visitas, un rato con una y otro con otra, al final yo era la que salía ganando con los "pertrechos" como le
decíamos a las golosinas que nos dejaban.
En esa época ya yo era novia de Francisco con el que después me casé, el estaba en otro campamento, y de vez en cuando les
daban permiso para ir al campamento de las muchachas, allí nos veíamos, el estaba en tercer año del preuniversitario mientras yo
estaba en el primero.
Rosita estaba enamorada de otro de tercer año, llamado Jorge Luis Piñón, quien sabe que ha sido de el; después que se alejaron
nunca más supimos de el.
María Regla continuaba con su corazoncito vacío, nadie lo ocupó en aquellos tiempos.
Yo fui la primera en casarse, tuve a mi hija Aileen, a los diez meses y después de dos años nos divorciamos.
Rosita fue la segunda, se casó por la Iglesia, fui con mi niña a su boda, lucía preciosa; Rosita se casaba con Stinger, su amor de toda
la vida, supe que tuvo dos hijos varones y que se había idoa vivir a Cienfuegos donde el estaba trabajando como médico.
Muchos años después nos volvimos a encontrar, no se decir cuantos brincos dimos abrazándonos y besándonos tratando de contarnos
rápidamente algo de nuestras vidas, no la volví a ver más.
María Regla, nuestra querida María Regla, mi dulce y buena amiga, la dejé de ver cuando vine los Estados Unidos, no la pude ver más;
y un día leyendo el periódico veo su nombre en la lista de defunciones, traté de averiguar para estar segura de que era ella y no otra del
mismo nombre,algo dentro de mi me decía que era ella, y rezaba porque estuviera equivocada.
En esos días salía la foto de una muchacha muy parecida a ella, con sus mismos ojos soñadores, y así fué que supe que mi instinto no
me había engañado, mi amiga había muerto de un ataque al corazón.
Tres meses antes, habían asesinado a su esposo en un asalto, a su amor, a su único amor y ella no pudo resistir el dolor de perderlo;
me contó su hermana que ella andaba como una demente con las cenizas de él en el carro junto a ella, hasta que alguien le dijo que eso
no podía hacerlo, que tenía que descansar el y descansar ella; pero era demasiado para su corazón enamorado; dicen que se acostó en
la cama y llamó a su primo, cuando éste acudió a verla, llamó al 911 porque nadie le contestaba, cuando entraron ella estaba muerta con
el auricular su lado, cerca de su mano.
Dejó una hija, fruto de su amor; dicen que nadie muere de amor, pero mi dulce María Regla murió de amor, no pudo resistir el dolor de estar
separada de el y esta vez para siempre; yo me la paso preguntándome que si hubiera sabido que estaba aquí, cerca de mi , tal vez hubiera
evitado esa muerte y hoy estaría viva.
Mi querida amiga, mi buena y dulce María Regla, que diferente hubiera sido si hubieses podido al menos estar juntas para así llorar las dos
y ayudarte en tu pena, en tu inmenso dolor.
Nuestras vidas tomaron caminos diferentes, pero seguiremos siempre amigas, en la vida y en la muerte, en nuestra juventud y nuestra vejez.
!Cuanto las amo a las dos, mis queridas amigas!

Los amantes de Teruel.



Manos que no se rozan, serenidad profunda con que un día la muerte vuestro rostro selló.
Dormid, dormid Amantes: vuestros cuerpos circundan la tierra turolense que vida y muerte os dió.
En el blanco sepulcro que Teruel ha labrado con piedra de ilusiones y con cincel de amor,
dormid,dormid Amantes, que un pueblo enamorado hará que en vuestra tumba siempre brote una flor.

Siempre brote una flor . . .