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miércoles, 21 de abril de 2010




No he tenido la suerte e conocer a todos mis antepasados, solmente cuando alguno de mis abuelos quería hacer una historia nos contaba y solamente así nos enterabamos de sus vidas, sus nombres pero solamente eso, nada más.
Esta anécdota es de la bisabuela de mi abuelo, la señora se llamaba Coleta, no se ni sus apellidos pero bueno ahí va el cuento.
Esta señora vivía en el campo, en los alrededores de un pueblo en Cuba que se llama Artemisa, ella se dedicaba a sus labores caseras pero algunas veces hacía trabajos de partera, cuidaba enfermos graves; en fin, trabajos de esa índole, los cuales les eran retribuídos en monedas españolas pues eran tiempos en los que España todavía mandaba en Cuba.
Coleta, tenía la costumbre de reunir sus moneditas y por las tardes tomaba el camino que pasaba cerca de la finquita donde vivían sin que ninguno de sus hijos, ni tan siquiera su esposo supiera donde guardaba el dinero.
Un día Coleta murió y días después los hijos comenzaron a buscar en los alrededores del camino por donde ella siempre iba por las tardes, pero nada, cavaron por aquí y por allá pero nada.
Pasaron los años, llegó el triunfo de la revolución en 1959 y un día comienzan en la zona a enviar maquinarias para allanar los terrenos con vistas a construir una escuela en el campo, y que creen que sucedió?, pues que un buen día, uno de los trabajadores encuentra una pequeña botija y dentro muchas pero muchas moneditas españolas, el fruto del trabajo de muchos años de la abuela Coleta.
Cuenta mi abuelo, que aquellos trabajadores estaban muy contentos con el hallazgo, pero muy rápidamente se pronaron miembros del gobierno y decomisaron el tesoro que un día perteneció a la abuela Coleta, y como dice el refrán "Trabajó para el inglés".

1 comentario:

  1. Hola Ieiazel,te escribe Roxana.Millonésimas de gracias por tu bella visita a mi blog,me he puesto muy feliz.Tu blog está muy hermoso.Qué las estrellas iluminen a tu alma.Roxana Miriam González de la Ciudad de Rosario

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